Radar Tecnológico de IA: Tu brújula estratégica para la innovación empresarial

Las tecnologías de IA están llegando a las organizaciones más rápido de lo que la mayoría de los equipos puede asimilar. Surgen constantemente nuevas herramientas, modelos y métodos, pero rara vez existe un sistema claro para evaluarlos. Muchas empresas avanzan sin saber qué adoptar, qué probar y qué evitar.

Este blog presenta el Radar Tecnológico de IA, una herramienta que aporta estructura a las decisiones relacionadas con la IA y permite seguir de cerca lo que realmente importa en tecnología, plataformas y prácticas.

Un Radar Tecnológico de IA es una herramienta estratégica que clasifica las tecnologías según su preparación y tipo, ayudando a las empresas a tomar decisiones informadas y efectivas:

Por nivel de adopción:

• Adoptar: Comprobadas y listas para un uso amplio.

• Probar: Vale la pena pilotarlas en contextos específicos.

• Evaluar: Emergentes y exploratorias.

• Retener: Riesgosas, no comprobadas o desactualizadas.

Por tipo:

• Técnicas: Enfoques, métodos o prácticas.

• Herramientas: Software o servicios para desarrollo, implementación o productividad en IA.

• Plataformas: Entornos fundamentales o capas de servicios de IA.

• Lenguajes y Frameworks: Ecosistemas de programación y bibliotecas para IA.

Cada tecnología o caso de uso se coloca en un cuadrante y anillo según su relevancia, madurez y potencial para tu negocio, creando así un mapa estratégico claro para orientar la innovación.

Un Radar Tecnológico de IA clasifica las tecnologías colocándolas en uno de cuatro anillos de adopción. Cada posición refleja cómo la organización trabaja con la tecnología, incluyendo la experiencia previa y la viabilidad de un uso futuro. En la práctica, esta estructura apoya decisiones sobre qué adoptar, probar, evaluar o pausar.

Cada anillo cumple un papel específico en la manera de revisar e introducir la IA en la organización:

Esta fase Incluye tecnologías maduras, con ecosistemas robustos y que ya generan valor medible. Pueden implementarse a gran escala de forma segura.

Ejemplos:

• Copilotos para generación de documentos

• Herramientas de generación de código

• Chatbots de atención al cliente basados en LLM

Son tecnologías prometedoras, pero que aún requieren validación en tu contexto. Pilotos específicos pueden revelar su encaje, viabilidad y valor de negocio.

Ejemplos:

• Generación de datos sintéticos

• IA generativa para descripciones de productos

• IA para detección de fraudes

Incluye innovaciones en etapas tempranas que todavía están en desarrollo. No están listas para un despliegue amplio, pero muestran áreas donde el progreso técnico avanza rápido. Pilotos limitados pueden ayudar a evaluar su relevancia e informar decisiones futuras.

Ejemplos:

• IA multimodel (texto + imagen + audio)

• Humanos digitales para soporte

• IA causal para explicabilidad

Son tecnologías obsoletas, inmaduras, arriesgadas o éticamente cuestionables. Invertir en ellas ahora puede generar retrabajo o riesgos reputacionales.

Ejemplos:

• PLN basado en reglas

• Modelos generativos “caja negra” con datos no verificables

• Plataformas monolíticas de chatbots sin adaptabilidad

Así podría verse un radar real. Destaca 10 elementos representativos a lo largo de los cuatro sectores y anillos de adopción. Este formato puede servir como base para un radar visual atractivo que guíe la estrategia de innovación.

Crear un radar no es un esfuerzo puntual. Requiere discusión continua entre los responsables de negocio y los técnicos para mantener claras y actualizadas las prioridades. Los siguientes pasos muestran cómo estructurar el radar e integrarlo en la toma de decisiones habitual.

Decide si tu radar se centrará únicamente en IA o en un ámbito tecnológico más amplio. Mantén el modelo de cuatro sectores: Técnicas, Herramientas, Plataformas y Lenguajes & Frameworks, o adáptalo según las necesidades de tu organización.

Involucra a los equipos de arquitectura, producto, innovación y operaciones. Haz preguntas como:

• ¿Qué estamos usando actualmente?

• ¿Qué se está probando en piloto?

• ¿Qué se está comentando, pero aún no se ha implementado?

• ¿Qué está obsoleto o representa un riesgo?

Relevancia para el negocio
Evalúa cómo la tecnología apoya directamente las prioridades estratégicas o responde a necesidades críticas de la organización.

• ¿Contribuye a un objetivo estratégico o capacidad de negocio específica?
• ¿Ayuda a resolver un problema o aprovechar una oportunidad clara?
• ¿Se puede vincular su uso a resultados o valor medible?

Factibilidad técnica
Considera si la infraestructura, habilidades y arquitectura existentes permiten implementarla o experimentarla.

• ¿Disponemos de la infraestructura y habilidades necesarias para usar esta tecnología?
• ¿Su implementación requeriría cambios significativos en sistemas o procesos actuales?
• ¿Se puede probar o desplegar sin dependencias importantes o retrasos?

Riesgo y preparación
Valora el impacto potencial de un fallo, incluyendo cumplimiento normativo o reputación, así como la madurez de la tecnología para uso real.

• ¿Cuál sería el impacto si esta tecnología falla o no cumple expectativas?
• ¿Existen riesgos conocidos relacionados con seguridad, cumplimiento o confianza?
• ¿Está probada en entornos similares o todavía está en desarrollo temprano?

Alineación estratégica
Analiza cómo encaja la tecnología con planes a largo plazo, la dirección arquitectónica y las prioridades empresariales.

• ¿Apoya nuestro modelo de arquitectura actual o futura?
• ¿Es compatible con plataformas, estándares o estrategias de sourcing planificados?
• ¿Seguirá siendo relevante conforme evolucione nuestra estrategia?

Usa el radar para comunicar qué tecnologías se están evaluando y cómo se relacionan con el trabajo actual. Esto crea un punto de referencia común que facilita la discusión entre equipos.

Consulta el radar al asignar presupuestos, planificar incorporaciones o tomar decisiones sobre proveedores. Ayuda a enfocar esfuerzos en lo que ya se está siguiendo y evita gastar recursos en herramientas o propuestas no relacionadas. Con el tiempo, el radar se convierte en un instrumento práctico y dinámico, no solo en un resumen estático.

El radar es más eficaz cuando sirve para guiar la planificación. Una vez que las tecnologías están ubicadas y revisadas, el siguiente paso es conectarlas con acciones concretas. Esto puede implicar iniciar pilotos, asignar paquetes de trabajo o ajustar prioridades de arquitectura.

Los elementos ubicados en las fases de Implementar o Probar (antes “Adoptar” o “Trial”) pueden vincularse a roadmaps que orienten el desarrollo de capacidades o la implementación tecnológica. Las entradas en la fase de Evaluar pueden señalar áreas que requieren mayor investigación o formación específica. Las tecnologías marcadas como Mantener en observación (antes “Retener”) ayudan a identificar qué eliminar o evitar replicar en proyectos futuros.

Este enfoque conecta el radar directamente con los ciclos de planificación y mantiene el enfoque en las tecnologías que tienen relevancia o impacto claro.

Consejo: Aprende a crear planes a largo plazo basados en capacidades, iniciativas y portafolios de TI con nuestra guía de roadmapping estratégico.

Un Radar de Tecnologías de IA aporta estructura a la evaluación tecnológica. Permite diferenciar las herramientas que ya están listas para su uso de aquellas que aún están en revisión o que han dejado de ser relevantes. Esto ayuda a decidir dónde avanzar y dónde retroceder.

En ADOIT, cada elemento del radar puede vincularse a componentes de la arquitectura, como capacidades de negocio, componentes de aplicaciones o paquetes de trabajo. Estos enlaces añaden contexto y trazabilidad, facilitando que los equipos evalúen nuevas tecnologías dentro de la estructura de los planes en curso.